Lugar: Yacimientos de Atapuerca, Ibeas de Juarros (Burgos)
Fecha: 2 de julio de 2023, 11:30 horas
Viaje a los yacimientos de la sierra de Atapuerca 2023
Siguiendo el esquema de 2022, y dado el número de socios interesados que no pudieron asistir a aquella edición, se realizara un viaje de una sola jornada a los yacimientos de la Sierra de Atapuerca,
La Asociación de Amigos del MAN ha firmado recientemente un acuerdo con la Fundación Atapuerca para establecer una línea de colaboración e intercambios. Como primer botón de muestra nos ofrecen una visita exclusiva a Atapuerca para socios de AMAN, similar a la que pudo hacerse el pasado año. Tendrá una duración aproximada de 3 horas y podremos visitar, además de los yacimientos en proceso de excavación, otros no abiertos al público habitualmente y las instalaciones de lavado de sedimentos ubicadas en el río Arlanzón y el proceso de selección de materiales.
La capacidad máxima del grupo es de 20 personas sin posibilidad de ampliación. La fecha propuesta por la Fundación Atapuerca para la visita guiada es el día 2 de julio, 11:30 horas. En breve los socios recibirán por correo electrónico más información sobre la organización del viaje y el proceso de inscripción.
Breve crónica del viaje
El domingo 2 de julio de 2923, un grupo de 20 socios de AMAN realizamos una visita a los yacimientos de la Sierra de Atapuerca, declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 2000.
Nos dio la bienvenida Eudald Carbonell, uno de los codirectores del Proyecto Atapuerca, quien nos explicó la historia, importancia y singularidad de este excepcional sitio arqueo-paleontológico.
Rosana, monitora arqueológica de la Fundación Atapuerca, y Marcos García Díez, miembro de nuestra Junta Directiva y profesor de Prehistoria de la Universidad Complutense de Madrid, nos acompañaron y acercaron la comprensión del recorrido con sus detalladas e interesantes explicaciones. La coincidencia de nuestra visita con el inicio de la campaña de excavaciones nos impidió visitar el lavadero del río, pues estaba montándose en esas primeras horas de actividad arqueológica, pero, al mismo tiempo, nos brindó la fantástica oportunidad de visitar los yacimientos mientras se está excavando en ellos y ver el trabajo de los arqueólogos e, incluso, contar con la explicación de los responsables de las excavaciones.v
Un ascenso a lo alto de la Sierra de Atapuerca nos dio, por una parte, la visión geográfica necesaria para comprender los distintos paisajes antiguos y su enclave como lugar de paso, que explican su larga ocupación en el tiempo, y, por otra, nuestra posición sobre las cuevas nos hizo comprender lo intrincado de las mismas y lo mucho que queda por descubrir. Esto, unido a un breve relato de las circunstancias del descubrimiento de los yacimientos a través de la acción del ferrocarril minero, nos dio un contexto general para comprender el recorrido que teníamos por delante.
El primero de los yacimientos que visitamos fue la Cueva del Portalón y su responsable, José Miguel Carretero, nos explicó los restos y estructuras que están encontrando en el yacimiento de distintos momentos culturales del Holoceno, con niveles Neolíticos y de la Edad del Bronce, y los novedosos análisis que se están haciendo, al tiempo que podíamos ver a los arqueólogos trabajando sobre un terreno de estratos con fuerte presencia orgánica. Esta visita significó un primer acercamiento a las ocupaciones más modernas de la Sierra de Atapuerca, principalmente vinculadas a las primeras sociedades productoras y metalúrgicas, hace unos 7.000-6.000 años.
La Trinchera del Ferrocarril a lo largo de todos sus yacimientos, con su impresionante potencia arqueológica, nos permitió comprender sobre el terreno, a través de las certeras explicaciones de Rosana y Marcos, el proceso de sedimentación, la formación de las estratigrafías, los procedimientos de datación … Nos hablaron de la colaboración entre los grupos de humanos, de las estrategias de caza de los preneandertales que se alimentaban de los animales que caían –o hacían caer- a través de un agujero en la parte superior de su hábitat, incluso de sus cuidados entre ellos, pues el individuo conocido como Miguelón (su cráneo, completo, es uno de los fósiles más importantes del mundo), que murió a los 35 años después de una septicemia originada por la rotura de un diente, fue cuidado por sus congéneres, que tuvieron seguramente que masticarle o machacarle los alimentos, durante al menos 6 meses antes de fallecer. Nuestros guías nos dieron una visión general de la importancia y singularidad de los yacimientos de Atapuerca, no sólo por los ejemplares fósiles encontrados y su antigüedad, pues están los más antiguos conocidos en Europa, sino por su continuidad en el tiempo.
Comenzamos por el primero de los yacimientos de la Trinchera del Ferrocarril, la Sima del Elefante, con presencia de restos paleontológicos y de herramientas humanas desde 1,4 Ma, con un Homo sp. que aún no se ha podido determinar, hasta unos 200.000 años. Este yacimiento representa las ocupaciones humanas con restos humanos más antiguos de toda Europa, y permitirá entender de dónde proceden los habitantes de la Península Ibérica y por dónde accedieron a ella.
Tras Elefante, nos dirigimos al yacimiento de Galería, con restos de alrededor de hace medio millón de años.
Y finalmente a Dolina, un yacimiento con presencia humana desde hace más de 1 millón de años hasta hace unos 350.000, en el que las marcas de corte en huesos de individuos jóvenes, nos permitieron hablar del canibalismo, parece que no entendido como parte de un rito sino de un aprovechamiento cárnico. Es en este yacimiento dónde se encontraron los restos de Homo antecessor.
Las cuatro horas en los yacimientos de la Sierra de Atapuerca se nos pasaron volando. Con gusto nos hubiéramos quedado otras tantas escuchando y preguntando a Rosana y a Marcos… pero tendrá que ser en otra ocasión. Rematamos el estupendo día con una comida en el Restaurante Los Claveles, en la que la animada charla llenó hasta el último minuto de nuestra estancia en Ibeas de Juarros.