Lugar: Pinilla del Valle y Rascafría (Madrid)
Fecha: 4 de septiembre de 2022.
El final del verano nos lleva al valle del Lozoya (Madrid)
PINILLA DE VALLE: VALLE DE LOS NEANDERTALES
AMAN nos ofreció un buen estímulo para compensar la inevitable desgana del final del verano y la vuelta a la rutina habitual.
Conocer el Valle de los Neandertales era un deseo pendiente para muchos de los que nos dimos cita el domingo 4 de septiembre, y completar la jornada con la visita al monasterio de El Paular no hacía más que enriquecer el interés de la excursión.
Nos acompañó el director del Museo Arqueológico Regional, Enrique Baquedano, uno de los tres directores del proyecto de investigación de Pinilla del Valle, cuya brillante carrera profesional desde que siendo niño se inició en la arqueología en su Soria natal en Torralba Ambrona y Numancia hasta su prestigiosa posición actual en el ámbito internacional de la Prehistoria que incluye la dirección del proyectos en Olduvai, es bien conocida por todos.
Llegamos hasta el Calvero de la Higuera cerro en el que se concentran los cinco yacimientos con distintos modelos de ocupación y entorno natural de Homo neanderthalensis durante un amplio espacio de tiempo del Pleistoceno superior, que hasta el momento están siendo investigados y que eran nuestro objetivo en una mañana azul que nos recibió con 10º de temperatura que tanto agradecimos después del ardiente verano.
Enrique Baquedano comenzó su magnífica visita guiada en la Cueva del Camino, primer yacimiento descubierto en 1979, un cubil de hiena donde se encontraron dos molares neandertales. Comenzamos aquí nuestro aprendizaje con un interesante resumen historiográfico que nos contextualizó el origen de los hallazgos y la evolución de la investigación y nos introdujo en el conocimiento de la hiena manchada -la crocuta crocuta- y la importancia de sus cubiles por la acumulación de materiales.
Antes de la visita detallada a los yacimientos en excavación, en lo alto del calvero con la visión de un paisaje espectacular nos dio una información sobre geología, clima, fauna y flora que nos ayudó mucho a entender el lugar y el valle en el que se encuentra rodeado de circos glaciares.
Una vez más pudimos vivir en directo la complejidad de trabajar en espacios tan singulares desde el punto de vista geológico y la habilidad que demostraban los especialistas que estaban excavando en el Abrigo de Navalmaíllo, la Cueva de la Buena Pinta y la Cueva Des-Cubierta.
La interesantísima narración de Enrique Baquedano incluyó dos noticias importantes, una la podemos contar: la inmediata ejecución del Centro de Interpretación en Pinilla del Valle con lo que esto supone para la comprensión, difusión y valorización del proyecto. La segunda noticia por el momento no se puede difundir hasta su próxima publicación en el ámbito científico. Somos unos privilegiados por haber tenido la primicia de conocer algo sorprendente que viene a enriquecer lo que este día aprendimos sobre el fascinante mundo neandertal del Calvero de la Higuera.
MONASTERIO DE EL PAULAR
Con una breve parada para reponernos, con un refrigerio, de tantas emociones nos dirigimos a la segunda parte de la visita del dia, el Monasterio de El Paular.
Alli nos esperaban el padre Miguel, los arquitectos Eduardo Barceló y Mercedes Alvarez-Coto y el arqueólogo Javier Sanz. Eduardo y Mercedes han elaborado y ejecutado el Plan Director de rehabilitación del conjunto monástico y Javier ha dirigido y realizado las excavaciones arqueológicas previas a cualquier intervención, facilitando gran cantidad de datos históricos sobre el funcionamiento de los diferentes edificios que allí se superponen.
Han sido más de 30 largos años en los que gracias a sucesivas campañas de rehabilitación, el conjunto monástico de la cartuja ha recuperado el esplendor, el interés y la belleza. Conocer a fondo los detalles y pormenores del proyecto añadió todavía más interés a la historia y riqueza artística de la arquitectura, del contenido y del bellísimo paisaje en el que se extiende el conjunto monacal.
Nos gustó mucho poder conocer las celdas originales y sus correspondientes espacios ajardinados en los que los monjes cartujos practicaban la norma de ora et labora, o la zona de cocinas excavadas y recuperadas para la visita.
El retablo de alabastro, la sillería y el Transparente barroco provocaron expresiones de admiración, pero uno de los espacios que causaron mayor asombro fue el claustro de los Carduchos. Una hazaña por parte de los que tuvieron la valentía de afrontar la recuperación tanto material de los 52 cuadros repartidos por la geografía nacional, como física con la restauración y la vuelta a la presentación original de la serie de San Bruno en el claustro. Ministerio de Cultura y Museo del Prado y muy especialmente Leticia Ruiz -entonces Conservadora del Museo- merecen la felicitación y el agradecimiento por esta valiosa recuperación del patrimonio de El Paular y de nuestro país.
El padre Miguel, ex abad del Monasterio, tuvo le gentileza de explicarnos que los 52 cuadros de Carducho celebran la fundación de la Orden de los cartujos por san Bruno y sus principales miembros. Los primeros veintisiete lienzos ilustran la vida de san Bruno de Colonia (1035-1101) hasta su muerte y primer milagro póstumo. El segundo grupo está dedicado a glosar episodios significativos de la Orden en las principales cartujas europeas, un recorrido por los siglos XI al XVI que muestra algunas de sus señas de identidad: el retiro en lugares solitarios de gran belleza y la vida de humildad, mortificación y penitencia, dedicada al estudio y la oración.
Para finalizar el recorrido visitamos la exposición de la pintora Carmen Alvarez- Coto, en un espacio expositivo sugerente, atractivo y moderno, en contraste con el resto del monasterio.
Con todo lo que aprendimos necesitábamos ya un descanso y el siempre útil intercambio de opiniones acerca de lo que habíamos visitado. Asi lo hicimos mientras comíamos en un agradable restaurante al aire libre entre pinos en Rascafría. Un corto viaje de vuelta nos devolvió al punto de partida, el MAN, contentos y satisfechos y dispuestos a repetir la experiencia en la siguiente propuesta que nos plantee la Asociación.
En fin, una jornada de enorme interés con dos visitas radicalmente distintas pero que el arquitecto Eduardo Barceló supo conectar a la perfección con el siguiente comentario: Cuando empezamos a trabajar en el proyecto del Paular pensaba en la potencia, el impulso y el impacto que había supuesto el mundo de la cartuja al implantarse en lo que yo creía un valle lejano, aislado, frío, despoblado … y hoy sabemos que este valle estaba densamente ocupado y poblado desde los neandertales!
Gracias a los Amigos del MAN, al Museo y a las personas que organizaron la visita.