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CRÓNICA DEL VIAJE ARQUEOLÓGICO A GRAN CANARIA

El viaje arqueológico a Gran Canaria se organizó en torno a 4 itinerarios -uno para cada día de los que duraba el viaje, del 19 al 22 de octubre de 2023- donde tuvimos la oportunidad de visitar una selección de yacimientos que contemplaban los diferentes aspectos de la historia canaria, lo cual resultó muy rico e interesante.

Lo más destacable del viaje es que en todo momento fuimos recibidos por los directores de dichos yacimientos que dedicaron tiempo y esfuerzo a hacernos comprender la cultura aborigen desde distintas perspectivas, donde destacaría la vida cotidiana, la economía, la muerte y la violencia.

CENOBIO DE VALERÓN

El primer día, nada más aterrizar, se dedicó a la «Ruta Norte». Empezamos con el célebre «Cenobio de Valerón», un granero fortificado aborigen, que visitamos de la mano de la arqueóloga Consuelo Marrero, directora de la gestión del yacimiento y de la restauración del conjunto, junto con Valentín Barroso. Tuvimos el privilegio de poder recorrer el sitio accediendo a lugares que normalmente están cerrados al público y entender cómo los aborígenes lograron producir todo un intrincado sistemas de silos interconectados en complicadas galerías aprovechando una ubicación y orientación que permitían conservar el grano durante largos periodos de tiempo.

PARQUE ARQUEOLÓGICO MAIPÉS DE AGAETE

Posteriormente, también con Consuelo Marrero, nos acercamos al Parque Arqueológico del Maipés de Agaete donde visitamos una necrópolis tumular,  ubicada en un territorio que los canarios conocen como «malpaís», ya que son terrenos rocosos de lava volcánica donde no se puede practicar la agricultura. Dedicamos el resto de la mañana a entender qué cambios sociales pudieron provocar que los aborígenes, en un momento de su historia, además de los enterramientos en cuevas, empezaran a enterrar a sus difuntos en túmulos. Hemos podido ver y entender cómo se organizaba esta necrópolis y cómo eran los distintos tipos de túmulos funerarios que utilizaban.

MUSEO Y PARQUE ARQUEOLÓGICO DE LA CUEVA PINTADA

Después de comer en Gáldar la primera degustación de productos locales, fuimos a visitar el Museo y Parque Arqueológico de la Cueva Pintada, esta vez acompañados de la Dra. Carmen Gloria Rodríguez Santana, directora del museo. Aquí tuvimos la ocasión de visitar un centro singular dedicado a la investigación, conservación y divulgación del conjunto.

La visita está especialmente diseñada para la comprensión del conjunto, se inicia en unas salas con videos, textos y vitrinas con materiales originales que contextualizan la visita al yacimiento.

Se trata de un poblado aborigen construido en torno a la Cueva Pintada, que ha sido cubierto y habilitado con pasarelas para que los visitantes tengan una experiencia especialmente enriquecedora. Las pasarelas son amplias, permiten que grupos enteros disfruten de la visita simultáneamente, y están organizadas de tal modo que los guías pueden ayudar a entender al visitante cómo vivían los aborígenes. De especial interés resulta una zona donde se han recreado algunas viviendas para que los visitantes puedan entrar en las mismas y «vivir de primera mano» cómo se organizaban los espacios. El recorrido finaliza con la visita de la Cueva Pintada, única en el archipiélago.

PAISAJE CULTURAL DE RISCO CAÍDO Y LAS MONTAÑAS SAGRADAS DE GRAN CANARIA

El segundo día se centró en la «Zona Centro» de la isla, dedicado a visitar el Paisaje Cultural de Risco Caído y las Montañas Sagradas de Gran Canaria, declarado Patrimonio Mundial de la UNESCO el 7 de julio de 2019. Nos acompañaron José Guillén, director de la Unidad de Patrimonio Histórico de Gran Canaria y actual director del Instituto de Risco Caído y las Montañas Sagradas y el Dr. Carlos Santana, inspector de patrimonio histórico del Cabildo de Gran Canaria. Todo un elenco de lujo.

Durante el trayecto pudimos hacer paradas en pueblos como Teror, enclavados en un paisaje que nada tiene que ver con la imagen que habitualmente nos viene a la mente cuando pensamos en Gran Canaria. Tuvimos la ocasión de ver cómo cambia ese paisaje a medida que nos acercamos a la zona más alta de la isla, y la diferencia de clima y vegetación que hay entre la vertiente norte de la isla, con bosques de hoja caduca, y la vertiente sur con sus pinares.

De la mano de Pepe y Carlos tuvimos la oportunidad de entender cómo los aborígenes aprovecharon aquellos estratos de la montaña más maleables, normalmente compuestos por toba volcánica, para excavar amplias cuevas que servían tanto de vivienda o de granero, como de espacio funerario y ritual. Después de visitar el Centro de Interpretación de Artenara, donde pudimos ver una réplica a escala 1 a 1 de la extraordinaria cueva C6 de Risco Caído, que es un santuario de montaña cuya singularidad viene porque se trata de un marcador solsticial y equinoccial extremadamente complejo y singular. Excavada en la roca con planta circular y una cúpula paraboloide, está decorado con multitud de triángulos púbicos en sus muros. El museo replica el juego de luces que hace el sol al entrar a través de un hueco en la pared de la cueva a lo largo del año solar.

Para terminar el día hicimos una parada en la Cruz de Tejeda para contemplar el magnífico paisaje que está incluido en la declaración de Unesco.

RUTA SUR

El tercer día fue destinado a la Ruta Sur en el municipio de Santa Lucía de Tirajana. Durante todo el día, venido desde Tenerife expresamente para acompañarnos, tuvimos la suerte de contar con el Dr. Jorge Onrubia Pintado, docente en la Universidad de Castilla La Mancha, arqueólogo e investigador que ha dedicado buena parte de su carrera a excavar e investigar en Gran Canaria y el norte de África. Se trata de un gran conocedor de la cultura aborigen y ha sido un lujo contar con sus explicaciones y reflexiones a lo largo de todo el día. Expuso las diferentes teorías que se manejan hoy en día sobre el poblamiento amazigh de las islas y estuvo encantado de dialogar con aquellas personas del grupo que tenían dudas o querían profundizar más en determinados aspectos que iban surgiendo a lo largo de su exposición. Fue un placer contar con su compañía ese día.

De camino tuvimos ocasión de pasar por un lugar interesante desde el punto de vista arqueológico, debido a la alta concentración de enclaves, como es el Barranco de Guayadeque, y contemplar, siempre con las explicaciones del Dr. Onrubia, las cuevas y graneros de Risco Pintado.

LA FORTALEZA

Llegados al espacio arqueológico de La Fortaleza, en el Barranco de Tirajana, fuimos recibidos por el arqueólogo y director del yacimiento Marco Moreno, que nos ayudó a entender la importancia que este espacio tuvo para los habitantes aborígenes. No me canso de repetir el altísimo nivel de todos los arqueólogos e investigadores que, gracias a las gestiones de AMAN, se han prestado a acompañarnos. Han sido guías de excepción a los que se les notaba enamorados de su trabajo y que han estado encantados de compartir sus conocimientos con todos nosotros. En el caso de Marco, sabiendo que no éramos turistas al uso, no tuvo miedo de explicar entrando en un nivel de detalle que no es común en una visita «normal».

Subimos a La Fortaleza donde tuvimos la ocasión de visitar tanto cuevas habitacionales como viviendas cruciformes, como las que ya tuvimos ocasión de ver en el Parque de la Cueva Pintada. De la mano de Marcos Moreno y Jorge Onrubia pudimos entender cómo se utilizaba el espacio a la hora de construir esas viviendas, como se «reciclaban» las abandonadas para ser incorporadas en nuevas construcciones, y como esas construcciones en ocasiones se encajan dentro de la ladera de la montaña dando la sensación de ser cuevas. Además, era muy interesante ver alguna vivienda que se dejaba a propósito a medio excavar para que los visitantes pudieran ver un efecto de «antes y después» en un mismo elemento arqueológico.

NECRÓPOLIS DE ARTEARA

Después de una visita guiada para conocer la colección del centro de interpretación, donde se exponen piezas recogidas en el parque arqueológico y una colección particular, nos acercamos a la Necrópolis de Arteara, muy cerca de la Fortaleza, donde la arqueóloga Verónica Alberto nos enseñó ese enorme cementerio tumular enclavado en un malpaís originado por una avalancha de fonolita. La visión no deja indiferente y destaca por la multitud de túmulos donde hay uno, el llamado Túmulo del Rey, que destaca no sólo por su tamaño sino por su orientación solar, ya que el sol lo ilumina justamente el día del solsticio.

LAS PALMAS DE GRAN CANARIA

El cuarto y último día se dedicó a una visita guiada por el casco antiguo de Las Palmas, ubicado en el barrio de Vegueta, donde Marco Moreno y Octavio, nos explicaron el desarrollo urbanístico de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria desde su fundación, y pudimos acceder al área de excavación del llamado Solar Norte de la Catedral, que todavía no ha sido abierto al público. Todo un regalo para los amigos del MAN.

Para finalizar nuestra estancia en Gran Canaria, nos acercamos al Museo Canario, donde la conservadora Dra. Teresa Delgado, se encargó de enseñarnos la magnífica colección arqueológica que alberga. Hablamos de una colección prehispánica impresionante que tiene de todo: cerámica, objetos líticos, cráneos, momias y pintaderas. De este modo rematamos la mañana del último día con la mejor «guía» posible.

No querría terminar la reseña sin recordar los buenos momentos gastronómicos que ha tenido la visita, degustando exquisitos platos y productos de la tierra, y a las 39 socias y socios que han participado.

El autor de esta reseña es grancanario y un enamorado de la historia de las islas, y no puedo más que decir que he quedado muy agradablemente sorprendido por el alto nivel de las charlas que nos han dado los distintos profesionales en sus yacimientos o museos, además me ha parecido un auténtico lujo poder conocerles, por ello les dedico un agradecimiento especial por transmitirnos una información científica y actual de los yacimientos y museos de una manera tan entregada.

Fue un viaje intenso sin ser agotador, donde tuvimos un acercamiento profundo al pasado de Gran Canaria  y todo salió a pedir de boca. Gracias a los Amigos del MAN, al Museo y a quienes organizaron el viaje por esta inolvidable experiencia.

Carlos Siemens
Socio de AMAN número 182