Lugar: Juarros (Burgos)
Fecha: 3 de julio de 2022.
Viaje a los yacimientos de Atapuerca: una crónica
El domingo 3 de julio la Asociación Cultural de Amigos del Museo Arqueológico Nacional (AMAN) ha realizado, gracias a Alberto Velasco, socio de AMAN y embajador de la Fundación Atapuerca, una salida a los yacimientos arqueo-paleontológicos de la Sierra de Atapuerca, un enclave universal declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO en el año 2000. Con esta salida AMAN cumple uno de sus objetivos básicos, promover el conocimiento del Patrimonio Arqueológico entre sus socios.
Nada más llegar, nos recibieron Eudald Carbonell y José María Bermúdez de Castro, directores del proyecto de investigación de Atapuerca así como patronos de la Fundación Atapuerca y tuvimos el privilegio de visitar los yacimientos en plena campaña de excavación guiados por María de la Fuente de la Fundación Atapuerca y con la compañía de Marcos García Diez, vocal de la Junta Directiva de AMAN y profesor de Prehistoria de la Universidad Complutense de Madrid.
La visita se inició con la presentación del yacimiento, destacando la importancia biogeográfica que tuvo la Sierra de Atapuerca como foco de atracción de poblaciones humanas durante miles de años. No faltó tampoco la explicación sobre la casualidad que envolvió al descubrimiento de estos yacimientos, ya que el trazado de un ferrocarril minero puso al descubierto este excepcional enclave patrimonial; ¿cuántos yacimientos se mantendrán aún “escondidos” bajo tierra?
Ya dentro de la Trinchera del Ferrocarril, el primer yacimiento en visitar fue la Sima del Elefante, un depósito con contiene restos de fauna e instrumentos prehistóricos en piedra desde hace 1,4 millones de años hasta hace unos 200.000 años, destacando la presencia de los restos humanos más antiguos que se conocen en Europa y que todavía no han podido ser designados a una especie concreta. Este punto de parada nos sirvió para acercarnos además a los métodos de estudio y excavación, y entender cómo se forman los yacimientos, cómo se excavan y la importancia que tienen las tierras donde se encuentran los restos para entender el clima y la cronología. Sin duda alguna, como nos trasmitió María, será un yacimiento que aún dará mucho que hablar.
Saliendo de la Trinchera y ascendiendo ligeramente por la ladera de la Sierra, llegamos a Cueva Fantasma, un yacimiento cuyas excavaciones se han iniciado muy recientemente y del que aún poco se conoce. A pesar de ello, la guía nos mostró que en sus sedimentos se han recuperado restos de Homo neanderthal. Además, desde este sitio era posible observar el contexto paisajístico de la Sierra, y poder entender cómo los cambios climáticos han modificado el paisaje vegetal y animal a lo largo de miles años. Eso explica que dónde hoy vemos campos de cultivos, nuestros antepasados observaron grandes concentraciones de agua donde vivían hipopótamos y tortugas.
Al rato, retornamos a la Trinchera para visitar el yacimiento de Galería, con restos de entre 400.000 y 150.000 años. En esta cueva pudimos entender cómo la organización y colaboración entre humanos permitió un acceso óptimo y fructífero a la carne, sabiendo los humanos “complementarse” (y adelantarse) en el uso de los espacios con otros carnívoros. Tras la visita y antes de dirigirnos al último punto de la visita en la Trinchera, en un ambiente distendido pudimos charlar y reflexionar sobre cuestiones clave de nuestra Evolución Humana, como la colaboración humana, el cuidado de nuestros similares, la conciencia sobre nosotros mismos. Temas donde ciencia, filosofía, moral y ética se complementan y dan sentido al trabajo de los arqueólogos y al valor de reflexión que tiene la Arqueología y Evolución Humana en nuestros días.
La visita a la Trinchera del Ferrocarril se cerró visitando Dolina, un yacimiento con ocupación humana desde hace más de 1 millón de años hasta hace unos 350.000 años. De él, María, nuestra guía, destacó la importancia de los restos humanos del nivel 6, que sirvieron para definir una especie humana, Homo antecesor, y el consumo de carne humana, canibalismo, que practicaron las poblaciones de hace unos 800.000 años, lo que suscitó en algunos miembros del grupo una reflexión más profunda sobre el significado que las poblaciones ancestrales daban al individuo como “ser” y el valor de la cultura que incide plenamente en la consideración de uno mismo y de sus iguales.
Saliendo de la Trinchera, nos dirigimos al Portalón, la entrada a la conocida Cueva de Atapuerca. En esta parte de la visita dimos “saltos en el tiempo”. Pudimos, por un lado, ver el yacimiento de la Edad del Bronce y Neolítico, donde tuvimos un acercamiento a las primeras poblaciones ganaderas, agricultoras y metalúrgicas que poblaron la Sierra, en momentos posteriores a hace unos 7.000 años. Y por otro, las palabras de la guía nos sirvieron para recrear en nuestra mente una “visita virtual” a la Sima de los Huesos, donde se localizan casi 30 individuos de una especie humana anterior a los neandertales y sobre la que existe un debate en torno a la acumulación intencional de tantos individuos en un espacio profundo de la cueva. ¿Acaso se está ante una de las primeras evidencias de enterramiento?
Tras tres horas, la visita se dio por concluida. Fue un visita intensa, donde tuvimos un acercamiento profundo a Atapuerca y a la realidad de los procesos de trabajo e investigación en Arqueología. Atapuerca es un yacimiento de referencia en nuestro Patrimonio Cultural Arqueológico. Atapuerca, de la mano de nuestra guía María, nos sirvió durante muchos momentos de la visita para reflexionar sobre cuestiones que son de nuestra actualidad.
Tras todo ello, dimos paso al momento gastronómico de la visita, degustando una exquisita comida en el Restaurante Los Claveles de Ibeas de Juarros, e iniciando sobre las 17.00 la vuelta a Madrid. ¡TODO UN DIA PARA RECORDAR!